2/23/2010

Cinco secretos de un buen colegio

   

No recuerdo de dónde guardé este artículo para colgarlo, pero estoy bastante de acuerdo en lo que dice.

Fuente: The Times Fecha: 18 Febrero 2010  

El diario The Times (16-02-2010) dedica un amplio reportaje a Catherine Myers, una mujer que ha logrado situar entre las mejores escuelas de Gran Bretaña a varios colegios que estaban bajo mínimos. Según explica Myers, su fórmula secreta para educar con éxito a los adolescentes es la enseñanza personalizada. 

Catherine Myers lleva años dedicada a la enseñanza. Suele aprovechar las vacaciones para conocer los métodos docentes que se aplican en los colegios de algunos países. Entre sus preferidos están algunas escuelas para niños pobres de Estados Unidos y otras de Suecia y Dinamarca. ¿Cómo se hace un buen colegio? Aunque hay muchos factores en juego, Myers ofrece una respuesta rápida: “Nos lo jugamos todo en los detalles”. Esto significa que los alumnos han de ser tratados de acuerdo a sus necesidades específicas: las chicas, como chicas; los creativos, como creativos; y los pragmáticos, como pragmáticos. 

He aquí sus cinco consejos:  

1. Educar a niñas y niños por separado. “Tradicionalmente, se daba por sentado que las chicas rendían más en colegios femeninos. Pero ahora estamos comprobando que los chicos también progresan más cuando tienen una enseñanza pensada para ellos”, dice Myers. 

2. Dejarles trabajar a su manera, siempre y cuando trabajen. Para Myers, cada alumno tiene un estilo de aprendizaje propio. Es bueno que los alumnos lo descubran y que los profesores lo incentiven. ¿Qué necesidad hay de que todos pasen por el mismo aro?  

3. Valorar la formación profesional y no verla como una opción secundaria. “Como madre –explica Myers– me doy cuenta de que si te pasas la mitad de tu vida obligando a tus hijos a que hagan lo que no quieren hacer, lo único que consigues es complicarte la vida. Es preferible que todos salgan de la escuela cualificados para algo”. 

4. Establecer objetivos para cada uno. Myers está convencida de que es contraproducente comparar a unos alumnos con otros. Lo ideal es fijar objetivos para cada alumno, de manera que puedan desarrollar sus habilidades específicas. Los profesores deben estar atentos para reaccionar con rapidez y ofrecer su colaboración a los alumnos que no alcancen sus objetivos. 

5. Gánate el respeto, dándolo. “Tienes que gustar a los alumnos y creer en que pueden lograr sus objetivos”, concluye Myers.