4/06/2020

Taxi Teheran (2015)


Magnífica película, rodada dentro de un taxi, con el director al volante y sin créditos, ya que es políticamente incorrecta en su país. Está hecha de modo que casi no se distingue qué es realidad y qué es ficción. Increíble. No pasa nada y se pasa en un plis-plas, mostrando la realidad de unos pocos personajes de su ciudad.

Una película de combate. De un artista que no se rinde. Que hace cine, aunque las autoridades de su país, Irán, le pongan mil cortapisas para impedir que lo haga. Consideradas estas circunstancias, Taxi Téhéran es una especie de milagro, una sentida declaración de principios de un cineasta, que lleva aún más lejos la experiencia en su confinamiento de aquella película titulada Esto no es una película


Las fronteras de la realidad y la ficción se diluyen, enfoque al que el cine de Irán ha recurrido ya con acierto en múltiples ocasiones. De modo que hay viajeros que reconocen a su ilustre e inesperado chófer, e incluso adivinan lo que está intentando hacer; una niña describe las reglas a las que debería atenerse el cine según una maestra de la escuela, aunque ellas manejará a su antojo cuando improvisa su pequeño film; la discusión sobre la justicia de una maestra y un “trabajador por cuenta propia” habla de prepotencia y contradicciones; los peces que se salvan con una bolsa de plástico, más frágil que una pecera, parecen hablar del propio Pahani. Y el final, sobrio y elocuente, destila ingenio. DeCine21.