Igual que me cuestiono el papel de los sindicatos en nuestra sociedad actual, tampoco veo que sigamos manteniendo la terminología "izquierdas-derechas". Sobre todo, porque la izquierda hace políticas de la derechas. Y sólo de boquilla utilizan términos asociados tradicionalmente a las izquierdas, supongo que para engañar a los que no ven más allá de las palabras, sin molestarse en ver los hechos. En este artículo de Jordi Barbeta en La Vanguardia de hoy aborda el tema.
La diferencia fundamental entre un banco y una caja de ahorros era hasta ahora que el banco era una empresa con afán de lucro y la caja, no. El banco reparte los beneficios entre sus propietarios, mientras que la caja devolvía a la sociedad los réditos de sus ahorros. El Gobierno izquierdista de José Luis Rodríguez Zapatero ha decidido que por el bien de todos, las cajas de ahorros deben dejar de existir o transformarse en bancos. La incógnita es si la decisión del Gobierno español –suponiendo que lo haya decidido el Gobierno español– es un acto de responsabilidad que le honra o forma parte de una gran tomadura de pelo.
Ahora resulta que ser de izquierdas consiste en repartir entre los accionistas de los bancos lo que las cajas de ahorros dedicaban a obra social. Y en el ínterin, el Gobierno se va a pulir 20.000 millones para que los bancos puedan quedarse, previamente saneadas, las cajas de ahorros que están entrampadas. Por cierto que las más entrampadas son las que han caído en manos de gestores tan progresistas que en su afán redistributivo y amparados en sus diputaciones provinciales, han dedicado lo que correspondía a obra social a otros fines menos románticos... En fin, que lo progresista es hoy destinar el poco dinero que queda a los bancos. Rescatar entidades financieras con dinero público es un tranquilizante carísimo, pero el único que es capaz de calmar a los mercados más histéricos... durante unas semanas.
Y bueno, de izquierdas es también ahora congelar las pensiones, retrasar la edad de jubilación y computar en la paga de retiro los años en que el trabajador cobra menos. Se supone que también fue en un arranque de progresismo que el Gobierno decidió por primera vez en la historia bajar el sueldo a los empleados públicos... Todo esto puede parecer muy demagógico, pero algú ho havia de dir, porque la izquierda no para de meter miedo con la derecha y trata de reaccionarios a los escépticos que no ven la diferencia.
Ahora mismo tenemos dos ejemplos estupendos con José María Aznar y Felipe González. Con lo que cobran como ex presidentes podrían dedicarse plenamente a tareas humanitarias, pero ambos han preferido asesorar a proveedores de energía, que pagan mejor que Intermón/ Oxfam. La diferencia entre Aznar y González es que el ex líder del PP trabaja para Murdoch, que, para entendernos, es uno de los suyos. El ex líder del PSOE, en cambio, asesora a su amigo Slim, el mexicano, que es como la madre Teresa de Calcuta pero exactamente al revés... Habrá quien sostenga con razón que los socialistas no son de izquierdas de verdad. Bien, la izquierda de debò está intentando en Catalunya una conquista social tan urgente como que la gente pueda pasear desnuda por la calle sin que la multen.