El domingo estuve en un concierto A-LU-CI-NAN-TE!. En el Auditori, sobre la música en Jerusalén a lo largo de su historia, desde la trompetas de Jericó hasta nuestros días. La dirección, era de Jordi Savall, que lo hace muy bien. Es un músico especializado en música antigua y hasta el barroco. Investiga, toca con instrumentos originales versiones históricas... Muy genial.
El progarama recorría desde el s. III aC hasta nuestros días, intercalando cantos judíos, árabes y cristianos. Los músicos eran israelís, árabes de diversa procedencia, i los internacionales de Hespèrion XXI --la agrupación que dirige Jordi Savall--.
Una música absolutamente auténtica. Aunque desconocida para el pública asistente, en ningún momento perdió interés. Imposible pensar en otra cosa distinta de lo que se estaba escuchando. Y duró tres horas con el intermedio. Los cantantes, de una categoría increíble.
En fin, un disfrute de no parar, hacía mucho tiempo que no asistía a un espectáculo semejante. Realmente, la belleza, no se puede suscribir a una cultura, sino que es realmente un trascendental.