Kader Abdolah
Salamandra 2006
Ismail, un novelista iraní exiliado en Holanda, recibe por correo un diario de su padre fallecido, un tejedor de alfombras de Arak, región remota y montañosa de la antigua Persia. Sordomudo de nacimiento, Aga Akbar ha escrito estas páginas utilizando los símbolos de una antigua inscripción cuneiforme grabada en una cueva del monte sagrado del Azafrán hace tres mil años, un hermoso lenguaje desconocido que nadie ha conseguido aún descifrar. Traducir esas notas, reflejo de toda una vida, se convierte en el propósito más ferviente de Ismail, sabedor de que ese diario contiene no sólo el pasado familiar, sino el sentido de su propio presente. Así pues, por medio de los escritos del padre y los interrogantes del hijo, surge la apasionante historia de Irán del siglo XX, desde la implacable obstinación de Reza Kan en modernizarlo hasta la feroz represión del régimen de los ayotolás.
La historia tiene un regusto de leyenda, al mezclar los acontecimentos con las tradiciones y creencias de la zona. Es muy interesante la exposición que hace de la historia de Persia, posteriormente Irán, y su vivencia por parte de los lugareños. El recurso al desciframiento del cuaderno del padre, lo utiliza el autor para unir la historia con el presente, el actual Ismail exiliado en Holanda. Me resulta un poco forzado, y hace que la novela no me parezca redonda. Pero es opinable. La historia de la relación entre el padre y su hijo es preciosa. No sé hasta que punto puede ser autobiográfica. La califico con un 8.
Kader Abdolah (Irán, 1954) estudió Física en la Universidad de Teherán. Participó en la resistencia estudiantil contra el sah y, más tarde, contra el régimen dels ayatolá Jomeini. Redactor de un periódico clandestino, tuvo que huir de su país en 1988 y encontró asilo político en Holanda, donde vive desde entonces. Su verdadero nombre es Hossein Sadjadi Ghaemmadami Farahani. Es su quinta novela.