Me ha gustado este artículo de Oriol Domingo, sobre la última afirmación de
Stephen Hawking. Me da pena éste último. Si se equivoca, menudo susto cuando se muera. Si tiene razón, tendrá que buscar sus razones no en la ciencia, pues la existencia de Dios escapa a éste ámbito. Sin embargo, él no es filósofo, sino científico. Lo tiene chungo...
Benedicto XVI visita Gran Bretaña dos semanas después del ´big bang´ provocado por Stephen Hawking
Secretos de la creación
ORIOL DOMINGO - Barcelona
La fe cristiana opta por la razón creadora y rehúsa un cosmos que sea fruto de la casualidad irracional
Benedicto XVI comenzará el jueves su visita a Gran Bretaña, dos semanas después del big bang provocado por el mediático Stephen Hawking. Las últimas hipótesis, por ahora, del científico británico son que Dios no creó el mundo y que Dios no existe. Ambos supuestos se entrecruzan con sus contrarios. Dios existe, y Dios creó el mundo y lo continúa creando de forma permanente. Nada nuevo bajo el sol en la milenaria historia de la humanidad.
Letanía de incógnitas.
Una larga letanía de interrogantes mantiene su vigencia. ¿Qué se entiende por Dios, por creación, por cosmos? ¿Es posible un Dios no creador del cosmos, y un cosmos eterno e infinito? ¿Cabe algún tipo de relación entre un Dios no creador y un cosmos no creado? ¿Está el ser humano abierto a Dios desde su conciencia y desde el cosmos? ¿Hay científicos ateos dogmáticos y poco razonables? ¿Hay científicos creyentes razonables y que planteen preguntas una tras otra? ¿De dónde vienen el cosmos y la humanidad, adónde van, cuál es su sentido?
Benedicto XVI, como creyente y ya desde sus primeros años de teólogo, está muy interesado en las cuestiones de fondo que giran en torno a la creación. Mucho ha reflexionado, escrito y predicado sobre estos asuntos.
La creación en cada ser humano. Una de las claves de Joseph Ratzinger ya fue expuesta en 1968, siendo profesor de teología de Tubinga. El hoy Papa daba unas conferencias radiofónicas sobre la visión cristiana de la creación y la teoría de la evolución. La creación no está allá en un lejano principio, sino que se sitúa, hoy y aquí, en la persona humana.
Estas son sus palabras: "La creación no designa un inicio lejano. Con Adán se hace referencia a cada uno de nosotros. Toda persona es inmediata a Dios. La fe no afirma más sobre el primer ser humano que sobre cada uno de nosotros y, al revés, no afirma menos sobre nosotros que sobre el primer ser humano. Toda persona es algo más que el producto de los caracteres hereditarios y del medio. Ninguna persona es únicamente resultado de los factores intramundanos calculables. El secreto de la creación está en cada uno de nosotros".
"No somos un producto casual y sin sentido".
Otra clave ratzingeriana es la afirmación de la racionalidad de la creación, según la visión cristiana que descarta un cosmos que sea fruto de la casualidad irracional. Ya en su homilía con motivo de la inauguración de su pontificado, el 24 de abril del 2005, Joseph Ratzinger, como Benedicto XVI, afirmó: "No somos el producto casual y sin sentido de la evolución".
La fe cristiana opta por la razón. Por el logos.Por la razón creadora. Rehúsa un cosmos que sea fruto de la casualidad irracional. He aquí el planteamiento del teólogo Ratzinger: "Al final llegamos a la siguiente disyuntiva sobre qué hay en el origen. ¿La razón creadora, el Espíritu creador, causa de todas las cosas y de su desarrollo? ¿O la irracionalidad que, pese a carecer de razón, curiosamente produce un cosmos ordenado de manera matemática, así como también el ser humano y su razón? Pero entonces la razón humana no sería nada más que un resultado casual de la evolución y, por tanto, al fin y al cabo, también algo irracional. Nosotros, los cristianos, creemos que es la Palabra eterna.