Después de leer esta entrevista a Steve Ingham, cazatalentos global, me he sentido un poco más optimista. Creo que sabe de qué habla. Por eso la comparto. Publicada en La Vanguardia.
"Ingham espera mucho de nosotros cuando nosotros desesperamos. Le digo que el nuestro no es sólo un problema de ciclo, sino de modelo: hemos crecido con deuda y ladrillo y ahora cambiar al ahorro y la exportación cuesta. Responde que si desde fuera fue más fácil ver cómo hinchábamos la burbuja, también desde el exterior se vislumbra ahora mejor la remontada: sin nuestros prejuicios de partido ni autoodio. Y ojo a los tres datos que Ingham, que habla con inversores globales a diario, apunta: tenemos salarios bajos, despido fácil y barato y suelo de ganga. Si damos tiempo a que confíen en nosotros -y no asustamos con impuestos-, el motor del empleo arrancar.
España va a darnos una sorpresa en crecimiento y empleo. Verá.
Aquí circulan otros datos.
Datos: en España hoy se pagan salarios más bajos que en la Europa del Norte, el suelo está barato y el despido, también. Y sus leyes laborales son de las más flexibles de Europa. Son datos.
Si quieren invertir y emplear, ¿por qué calculan lo fácil que es despedir?
Porque el despido fácil reduce el riesgo al emplear. Nosotros, por ejemplo, hemos situado aquí nuestra oficina on line: tenemos 200 empleados. Si nos va mal, quiero estar seguro de que podré despedirlos sin problemas. Por eso no la hemos puesto en Francia, porque allí despedir es muy complicado.
Está demostrado que aquí es fácil despedir; falta probar que es fácil emplear.
Yo estoy aconsejando España a las multinacionales que me consultan y buscan ubicación para su cuartel general en Europa. Porque, además de por precio, compiten ustedes por talento disponible y con ganas.
Entonces, ¿a qué esperan esas multinacionales para crear empleo aquí?
Esperan a que ustedes sean fiables y predecibles: que demuestren estabilidad económica y política; que hagan reformas conforme a lo previsto y prueben que seguirán en el euro, que es la garantía para el inversor.
¿Y eso cuánto tiempo requiere?
El tiempo que requiera. Es un estado de ánimo. De repente, parecerá que este es un país seguro y el más rentable para invertir -yo creo que ya lo es- y verá usted un día que el crecimiento es mayor de lo que esperan; y con él llegará el empleo.
Ojalá sea usted profeta.
Como no lo soy, también estamos invirtiendo en China, India, Sudamérica y EE.UU. Porque debemos estar ahí. Y por si acaso, además, tenemos un colchón de liquidez.
¿Qué debo hacer para hallar empleo?
No espere encontrar un empleo que se adapte a usted; adáptese usted a los empleos disponibles, que los hay. Su empleabilidad hoy sólo depende de su flexibilidad.
Por ejemplo.
Si estaba en banca -hoy en crisis-, detecte los sectores en auge y pula sus habilidades para ellos. Y acepte un sueldo razonable y la movilidad. Hoy buscar trabajo no es encontrar el que se adapte a uno, sino al revés.
¿Y eso cómo se hace?
No venda su estilo estupendo; demuestre que es capaz de adaptarse al estupendo estilo de la empresa que da empleo.
¿Adaptarme quiere decir resignarme?
Quiere decir aceptar que el mundo cambia: nuestro director español en España acaba de irse a abrir mercado a Colombia.
¿Eso no es triste fuga de cerebros?
¡Aprovéchenla para fugarse! Si quiere llegar a algo hoy en día, en su currículum tiene que lucir varios países. Si no, quédese en su pueblo: es más cómodo. Ya me contará.
Pues usted lleva 26 años en su empresa: ¿es un éxito o un fracaso?
Yo no me he movido de empresa, pero la empresa sí se ha movido conmigo. Hoy vale mil doscientos millones de libras; y tiene cinco mil empleados en el mundo. Las empresas necesitan profesionales que han formado y otros que fichan. La mezcla suma.
¿Qué hacer en entrevistas de empleo?
No trate de venderse usted. Trate de venderse para ese empleo que ofrecen. Así que entérese de cómo es la empresa, qué busca, quién la dirige, hacia dónde quieren ir... Y adapte su currículum -mentir es mentirse: le pillarán- a ese puesto que ofrecen.
¿Algún consejo para el empleador?
Antes de buscar, precise bien lo que busca. Y sólo después seleccione. No cambie de criterio sobre la marcha, porque es tirar dardos a una diana en movimiento. Y errará.
¿Cómo responder en la entrevista?
No se trata de responder preguntas como en el cole, sino de demostrar que es usted el que buscan para el puesto. Exhiba habilidades en apariencia contradictorias pero que no lo son: que tiene personalidad pero sabe trabajar en equipo; que es capaz de adaptarse a un líder pero también de liderar. Y sobre todo demuestre ilusión... ¡Ganas! Es la gran aptitud que se contagia al empleador.
¿Y si voy con un piercing en la nariz?
Estará haciendo una afirmación de personalidad que quizá no demuestre ganas de agradar ni predictibilidad en su conducta.
¿Y si sólo estoy actuando?
Observamos el lenguaje corporal para ver si revela que quiere agradar y ser útil.
¿Qué es lo que no debo hacer?
Ser aburrido, perezoso o lacónico al responder. No esté a la defensiva ni use monosílabos. Exprésese con energía sin avasallar.
¿Y el seleccionador qué debe hacer?
No hablar demasiado. El silencio es poderoso. Úsenlo. Debe preguntar muchos por qué, porque exigen respuestas complejas que pueden revelar talento y personalidad.
¿Su peor y su mejor seleccionado?
El peor rato lo pasé al preguntar a un candidato: "¿Por qué le recordarán en su empresa?" "Por ladrar" -contestó- y empezó a ladrar como un poseso. Pasé miedo. Y estoy orgulloso de haber seleccionado entre cuarenta candidatos, en 1998, a la directora de la lotería británica. Todavía lo es."
Esperan a que ustedes sean fiables y predecibles: que demuestren estabilidad económica y política; que hagan reformas conforme a lo previsto y prueben que seguirán en el euro, que es la garantía para el inversor.
¿Y eso cuánto tiempo requiere?
El tiempo que requiera. Es un estado de ánimo. De repente, parecerá que este es un país seguro y el más rentable para invertir -yo creo que ya lo es- y verá usted un día que el crecimiento es mayor de lo que esperan; y con él llegará el empleo.
Ojalá sea usted profeta.
Como no lo soy, también estamos invirtiendo en China, India, Sudamérica y EE.UU. Porque debemos estar ahí. Y por si acaso, además, tenemos un colchón de liquidez.
¿Qué debo hacer para hallar empleo?
No espere encontrar un empleo que se adapte a usted; adáptese usted a los empleos disponibles, que los hay. Su empleabilidad hoy sólo depende de su flexibilidad.
Por ejemplo.
Si estaba en banca -hoy en crisis-, detecte los sectores en auge y pula sus habilidades para ellos. Y acepte un sueldo razonable y la movilidad. Hoy buscar trabajo no es encontrar el que se adapte a uno, sino al revés.
¿Y eso cómo se hace?
No venda su estilo estupendo; demuestre que es capaz de adaptarse al estupendo estilo de la empresa que da empleo.
¿Adaptarme quiere decir resignarme?
Quiere decir aceptar que el mundo cambia: nuestro director español en España acaba de irse a abrir mercado a Colombia.
¿Eso no es triste fuga de cerebros?
¡Aprovéchenla para fugarse! Si quiere llegar a algo hoy en día, en su currículum tiene que lucir varios países. Si no, quédese en su pueblo: es más cómodo. Ya me contará.
Pues usted lleva 26 años en su empresa: ¿es un éxito o un fracaso?
Yo no me he movido de empresa, pero la empresa sí se ha movido conmigo. Hoy vale mil doscientos millones de libras; y tiene cinco mil empleados en el mundo. Las empresas necesitan profesionales que han formado y otros que fichan. La mezcla suma.
¿Qué hacer en entrevistas de empleo?
No trate de venderse usted. Trate de venderse para ese empleo que ofrecen. Así que entérese de cómo es la empresa, qué busca, quién la dirige, hacia dónde quieren ir... Y adapte su currículum -mentir es mentirse: le pillarán- a ese puesto que ofrecen.
¿Algún consejo para el empleador?
Antes de buscar, precise bien lo que busca. Y sólo después seleccione. No cambie de criterio sobre la marcha, porque es tirar dardos a una diana en movimiento. Y errará.
¿Cómo responder en la entrevista?
No se trata de responder preguntas como en el cole, sino de demostrar que es usted el que buscan para el puesto. Exhiba habilidades en apariencia contradictorias pero que no lo son: que tiene personalidad pero sabe trabajar en equipo; que es capaz de adaptarse a un líder pero también de liderar. Y sobre todo demuestre ilusión... ¡Ganas! Es la gran aptitud que se contagia al empleador.
¿Y si voy con un piercing en la nariz?
Estará haciendo una afirmación de personalidad que quizá no demuestre ganas de agradar ni predictibilidad en su conducta.
¿Y si sólo estoy actuando?
Observamos el lenguaje corporal para ver si revela que quiere agradar y ser útil.
¿Qué es lo que no debo hacer?
Ser aburrido, perezoso o lacónico al responder. No esté a la defensiva ni use monosílabos. Exprésese con energía sin avasallar.
¿Y el seleccionador qué debe hacer?
No hablar demasiado. El silencio es poderoso. Úsenlo. Debe preguntar muchos por qué, porque exigen respuestas complejas que pueden revelar talento y personalidad.
¿Su peor y su mejor seleccionado?
El peor rato lo pasé al preguntar a un candidato: "¿Por qué le recordarán en su empresa?" "Por ladrar" -contestó- y empezó a ladrar como un poseso. Pasé miedo. Y estoy orgulloso de haber seleccionado entre cuarenta candidatos, en 1998, a la directora de la lotería británica. Todavía lo es."