25/11/2012

"La vida y la muerte me están desgastando"



La vida y la muerte me están desgastando.
Ya, Mon
Editorial Kailas 2012

"Esta es la historia de Ximen Nao, en sus sucesivas reencarnaciones en burro, buey, cerdo y perro desde 1950 hasta el 2000. Se recorre la historia de la familia de Ximen y de una región de la China rural, Gaomi, mientras gobierna Mao Zedong y después de su muerte. Ximen reencarnado tiene distintos dueños y así vive con cada miembro de la familia, hasta llegar a uno de sus nietos. E incluso pasa de vivir en el campo a ir a la ciudad. Ximen conserva su inteligencia en sus sucesivas reencarnaciones y asiste a la historia de su propia familia y a la de aquellos que le fusilaron, además de a las transformaciones ocurridas en China. Esta larga novela es rica en contenidos y en el modo de abordarlos: tiene sentido del humor, tradiciones rurales, historias de amor y de violencia y la trayectoria de la colectivización del campo y el crecimiento de ciertas medidas comunistas llevadas a cabo por Mao Zedong. Así como a los cambios ocurridos tras su muerte.

Mo Yan se incluye como un personaje más y se ridiculiza en su propia novela. Como autor usa un lenguaje a veces descarado y rudo, propio de gente del campo poco refinada y en otras un lenguaje suave y dulce, especialmente cuando se trata con animales. La importancia de éstos es clave, tanto por ser aquellos en los que se reencarna Ximen, como por ser el sustento de una población rural empobrecida. Los animales domésticos, en este caso burro, buey, cerdo y perro, son tratados como fieles amigos del hombre y casi como seres inteligentes: Mo Yan juega con la posibilidad de que se conozca que su alma habita en esos animales y el propio Ximen se comporta como siervo leal de Lan Lian, el último campesino independiente de la China comunista de Mao.
La novela desarrolla los problemas de la familia de Ximen: las envidias entre hermanos, las dificultades con las concubinas, la lucha por el poder, el amor en sus distintas manifestaciones, la venganza y las peculiaridades de la vida en la China de la segunda década del siglo XX.
Troa.

No dudo del valor humano y literario de esta novela, pero la voy a dejar ya, he leído 140 páginas. No lo paso bien leyéndola, y para mí es fundamental. La empecé para probar el premio Nobel de este año. Grotesco, gamberro y surrealista. Muy original: contar la historia de una familia a través de las sucesivas reencarnaciones del paterfamilias, que además es el narrador. Como he leído tan poco, tiene mas de 750 páginas, no me atreva a calificarlo.

Cartas al Padre Jacob



Preciosa pequeña película finlandesa, intimista, para cinéfilos sensibles.

"Leila, una asesina convicta, ha conseguido el indulto, pero debe hacer servicios sociales en la iglesia rural de Jacob, un pastor luterano ciego. Allí le toca leer y escribir la correspondencia del clérigo, tarea que acomete con fuerte escepticismo, ella se encuentra completamente desengañada acerca la condición humana, y la ayuda y oraciones que los autores de las cartas piden no le conmueven en absoluto." DeCine21.



Profesor Lazhar



"Una escuela, en Montreal. Una profesora se ahorca en la misma aula en la que impartía clases a chicos y chicas de doce años. Simon, uno de sus alumnos, es quien la descubre. Bachir Lazhar, inmigrante argelino, lee la noticia en la prensa, y se le ocurre ofrecerse como sustituto. Tras la sorpresa inicial, la directora, que tiene lógica prisa en cubrir el puesto, le acepta. Aunque Bachir proviene de un ambiente con métodos pedagógicos muy diferentes, logrará hacerse con su clase, entendiendo los sentimientos que embargan a los chicos tras el suicidio, al tiempo que sobrelleva su personal tragedia familiar." DeCine21.
Preciosa película. Aparte de las obviedades que quiere mostrar, destacaría como los niños en su mundo saben resolver sus dificultades, cuando los adultos creemos que no van a saber hacerlo, por lo que nos agobiamos mucho. 

24/11/2012

Campaña electoral en Catalunya



Creo que nunca he asistido a una campaña donde se ha vertido más mierda. Qué asco. La he seguido poco, porque creo que los que más o menos estamos al día, contrastamos opiniones sin estar pre-ideologizados por la afiliación a un partido, y por lo tanto no tenemos el voto predeterminado, no las necesitamos. He seguido los titulares de prensa, y leído en La Vanguardia, que es el periódico al que estoy suscrita, las opiniones de los periodistas que me merecen respeto por su rigor. Uno de ellos es Fernando Ónega, voz habitualmente discordante en este periódico y para nada pro-CDC. Sus apreciaciones siempre me parecen, por lo menos, no oportunistas, que ya es mucho. Copio su artículo de hoy en La Vanguardia.



Catalunya y la otra opinión publicada

Me dicen que no son representativos. Me aseguran que quienes escriben a las páginas web de la prensa son los más politizados y a veces radicales. Me da igual. Me confieso lector de sus escritos. Y me parecen un fenómeno que la autoridad debería seguir para conocer los estados de opinión, por parciales que puedan parecer. Este mismo diario La Vanguardia acoge miles de escritos de sus lectores en su web. Algunos días los comentarios superan los tres mil. Aunque se amparen en la impunidad del seudónimo, son la conciencia crítica, la calificación urgente y a veces censura cruel de quienes tenemos por oficio narrar o comentar la actualidad. Son la otra opinión publicada.

Durante las últimas semanas, para este cronista han sido una especie de campaña electoral paralela, llena de magníficas enseñanzas. He sufrido la humillación de verme calificado de cronista que entiende el hecho catalán y pasar a considerarme parte de la caterva de Madrid que no entiende a Catalunya. Artur Mas, el partido que le respalda y demás fuerzas soberanistas pueden estar tranquilos: no es habitual encontrar tal disposición a defender una idea ni tanta gente dispuesta a actuar de guardián de sus esencias ideológicas. Hay comunión entre ellos. Hay empatía. Si esos comentaristas de internet fuesen la base de un sondeo demoscópico, se podría concluir que el independentismo es absolutamente mayoritario.

Y del examen de todo lo que han escrito estas semanas, me atrevo a obtener tres conclusiones. La primera es la escasa disposición a tomar nota de los avisos empresariales de abandonar Catalunya si llega a la independencia: "Prefiero ser pobre a no ser libre", escribió un internauta al comentar unas palabras del editor Lara. La segunda, el rechazo a los anuncios de cataclismo económico: la idea del Estado propio como solución, y además urgente, se impone a todas ellas. La tercera, la influencia de los agravios históricos: está tan asumida su existencia, que una mínima duda expresada sobre la certeza o falsedad del mantra España nos roba, por ejemplo, es recibida como un agravio más o un desconocimiento de la historia por parte del autor.

Podría seguir indefinidamente, desde la sensación lejana de que se ha levantado un muro entre los razonamientos del Estado español y una parte de la sociedad catalana, y ese muro es ahora mismo infranqueable. Pero creo que no hace falta. Sólo tengo una conclusión final: si los lectores que escriben a La Vanguardia son representativos, el independentismo es mucho más fuerte de lo que piensan en la Moncloa.

Y conste para reflexiones de futuro: no muestra ninguna disposición a ceder.





Nuevo catálogo de pinturas Merkel

 

21/11/2012

"En el mar hay cocodrilos"




En el mar hay cocodrilos
Geda, Fabio
Destino 2011

"Si naces en Afganistán en el lugar equivocado y en el momento equivocado, puedes estar seguro que aunque seas un niño ágil como una cabra puede haber alguien que reclame que tu vida le pertenece. Sobre todo si tu padre muere mientras trabaja para un hombre poderoso y la mercancía del camión que conducía se pierde. En ese caso, puede que, para evitar que te capturen, tu propia madre te diga que tenéis que salir de viaje y te lleve a Pakistán, donde, tras hacerte prometer que te convertirás en un hombre de bien, te abandone a tu suerte.

Ese trágico gesto de amor está en el inicio de la prematura vida adulta de Enaiatollah Akbari, y del increíble viaje que lo llevará a Italia pasando por Irán, Turquía y Grecia. Toda una odisea que lo pone en contacto con la miseria y la nobleza de los seres humanos y durante la que, pese a todo, conserva la ironía y una maravillosa sonrisa."

Esperaba más de éste libro, porque me lo habían comparado con "El secreto de mi turbante", que me parece espectacular. Pero se lee bien, el protagonista tiene una presencia de ánimo admirable. Me parece alucinante toda la red que hay de traslado de clandestinos a través de países. Aquí nos llegan las pateras, pero no es lo único que hay. Lamentable, y tristísimo, sobre todo las circunstancias que empujan a estas personas a emprender un viaje que lo más probable es que termine con la muerte. Deplorable. El libro, un 7.

En la foto el protagonista y el autor del libro.

18/11/2012

"Historia de dos ciudades"



Historia de dos ciudades
Dickens, Charles
Alba

Estamos en el bicentenario de este autor en el Club de lectura hemos concretado este libro para el mes de diciembre. Ambientada en el París de la Revolución Frencesa, Dickens no se ahorra descripciones del horror del momento y es muy crítico con lo ocurrido. A la vez reconoce sus injustas causas, el caldo de cultivo dónde se generó la Revolución. Contrasta la descripción de la tranquila vida en Londres y la agitación de París.

Cuenta una historia de amor y redención preciosa, que no decae en ningún momento. Y contrapone, muy propio de la época en que fue escrita, los personajes llenos de amor y humanidad con los que están absolutamente desquiciados por el odio y la maldad, creando un contraste tan lúcido que asusta. He disfrutado muchísimo. Un 10. además ésta edición incluye las ilustraciones originales de cuando se publicó.

Copio el primer párrafo:

«Es el mejor de los tiempos, es el peor de los tiempos. Es la edad de la sabiduría, y también de la locura. Es la época de la fe, y también de la incredulidad, la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Lo tenemos todo, pero no somos dueños de nada, caminamos derechito al cielo pero tomamos el camino a otro lado. En fin, esta época es tan parecida a todas las épocas, que nada de lo que aquí voy a contar debería, en realidad, sorprendernos. Nada. Ni el perdón, ni la venganza, ni la muerte, ni la resurrección».
 
 

¡Adiós, Miliki!


¡Adiós, Miliki, y gracias!


Catalunya: un vídeo preciós



Preciós vídeo, només imatges i música.