05/10/2008

Laicismo y laicidad

Ayer tuvimos la tertulia literaria sobre el libro "Vencer el miedo". Fue muy interesante. Uno de los temas tratados fue el enfrentamiento entre el gobierno y la Iglesia, porque parece a veces que mutuamente se pisan las competencias. Llegamos a la conclusión de que el problema está en la concepción que se tiene de la persona y su dignidad por una parte, y la búsqueda del bien común por otra. Si tanto la Iglesia como el estado busca este bien común y coinciden en su concepción de la persona, no hay problema. Si el estado toma aires totalitarios y lo que pretende es manipular y legislar pasando por alto la dignidad de la persona, la Iglesia tiene la obligación de denunciar que ahí se está dando un abuso de poder. Y no es que se esté metiendo en política.

Por ejemplo, el gobierno español quiere legislar sobre el aborto, ampliar los plazos. La dignidad del no nacido no se tiene en cuenta, el equilibrio mental de la madre después de realizarlo tampoco se considera, etc. La Iglesia tiene pues obligación de denunciar esta ley injusta. Y no se está metiendo en política.

Otro ejemplo, educación para la ciudadanía. El gobierno puede considerar que es necesaria esta materia, e incluirla en los estudios obligatorios. Correcto. Pero no puede consistir en un adoctrinamiento ideológico en contra de la libertad de educación de los padres, derecho fundamental. ¿Tiene la Iglesia que decir que contenidos ha de tener esta materia? No, pero si considera que se está vulnerando un derecho fundamental sí debe denunciarlo, y que los legisladores cambien la programación para que no sea injusta.

Lo de "dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" sigue de plena actualidad.