Esta pregunta me hizo un alumno de catorce años el viernes, enfadado porque lo expulsé de clase al no dejarnos trabajar con tranquilidad. No contesté, y a continuación soltó:
-- Lo que tu me produces.
-- Pues qué pena, porque yo no siento lo mismo por tí.
Salió bastante avergonzado, ante mi respuesta.
El resto de la clase me reprochó que a veces me pongo borde. Reconocí que si me provocan, no siempre puedo contenerme, pero éste no había sido el caso de hoy. Me dieron la razón.