Ambiciosa película de Christopher Nolan, guionista, director y productor, la más estrictamente histórica de las que ha filmado, con el permiso de Dunkerque, que se aproxima al padre de la bomba atómica, J. Robert Oppenheimer, con los dilemas morales que acechan al científico y a su entorno ante la creación de un arma de destrucción masiva, que puede acelerar el final de la cruenta Segunda Guerra Mundial, pero que supone abrir una peligrosa Caja de Pandora, con consecuencias imposibles de prever. Parte del libro “Prometeo americano: El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer”, de Kai Bird y Martin Sherwin, pero desde luego no es un biopic al uso.
Fiel a sus estructuras narrativas nada convencionales, Nolan ofrece un relato deconstruido con dos hilos narrativos bien definidos, con tramos que se van alternando: uno en color con Oppenheimer como claro protagonista, al que se titula “Fusión”, donde comparece ante una comisión que debe validar sus credenciales de seguridad, y se ven los avances para tener la bomba a tiempo; y otro en blanco y negro, donde el personaje principal es Lewis Strauss, que comparece ante un comité del Senado que debe confirmarle en un puesto para la administración Eisenhower y que deviene en némesis de Oppenheimer, al cuestionar su lealtad a Estados Unidos en los años de la guerra fría, y al que se le da el título de “Fisión”. Y uno y otro se van acercando y completando, para ofrecer el cuadro completo de unos personajes complejos, egocéntricos, ambiciosos, con aristas, claramente enfrentados. DeCine21.