8/30/2012

"La librería ambulante"



"La librería ambulante"
Morley, Christopher (1917)
Periférica 2012

Helen, una cuarentona soltera,  con su hermano Andrew, que le lleva diez años,  tienen una granja desde hace quince años, que compraron huyendo de la ciudad. Andrew, gran lector, escribe un libro sobre las delicias de la vida en el campo, y para sorpresa de su hermana, se lo publican y adquiere gran éxito, a la vez que empieza a descuidar las tareas del campo.

Todo cambia cuando de pronto aparece Roger Mifflin, un enamorado de los libros: “Cuando le vendes un libro a alguien –dice– no solamente le estás vendiendo doce onzas de papel, tinta y pegamento. Le estás vendiendo una vida totalmente nueva”. Éste tiene un carromato transformado en librería ambulante, y está dispuesto a venderlo porque quiere escribir sus memorias. Hellen en un arrebato lo compra para que no lo pueda hacer su hermano. Este hecho le cambia la vida. Lo que había empezado  “como una mera broma o un capricho, había acabado por convertirse en la sustancia misma de la vida”.

Para los que nos gustan los libros y no podemos vivir sin ellos, una fantástica y sencilla novela. Irónica, tierna, costumbrista, encantadora. Se lee en un par de horas. Un 9.

Periférica: "Prepárese para entrar en un mundo único y lleno de encanto, donde el tiempo se ha detenido: estamos en la segunda década del siglo XX, en unos Estados Unidos todavía rurales y de paisajes idílicos, donde conviven los viejos carromatos y los novísimos automóviles; Roger Mifflin, un librero ambulante que desea regresar a Brooklyn para redactar sus memorias, vende su singular librería sobre ruedas (junto a su yegua y su perro) a la ya madura señorita Helen McGill, quien decide, harta de la monotonía de su vida, lanzarse a la aventura y recorrer mundo. A partir de ese momento se sucederán los encuentros y los desencuentros, y las más divertidas peripecias se darán la mano con las grandes enseñanzas que proporcionan libros y librero.

Desde que este clásico de la literatura norteamericana se publicara en 1917 han sido muchos los lectores seducidos por su poder evocador, por el reconfortante humor que destila y, cómo no, por su atención a los pequeños detalles: estas páginas huelen a las hogazas de pan recién sacadas del horno; en ellas se siente el viento de otoño en los abedules.

«Cuando tengo ganas de sonreír un poco, para que sean más ligeras las tardes, leo las primeras novelas de Morley.» Eugene O’Neill, poco después de obtener el Premio Nobel de Literatura."