Le llamé corbata
Milena Michiko Flasar
Siruela 2015
Leí este libro hace cinco años, y lo he releído para el Club de Lectura que llevo. Me ha vuelto a gustar mucho, aunque hay que leer un poco más allá que la mera acción.
Hiro, un joven japonés, ha vivido voluntariamente recluido en su habitación sin relacionarse con nadie, durante los dos últimos años. De pronto decide salir y, sentándose en un banco en un parque, a través de los días hace amistad con un oficinista en paro, que cada día sale de su casa como si acudiera a trabajar, pues no se atreve a revelarle a su mujer que lo han despedido.
Original novela, profunda y bellísima. Es una historia de redención a través de la amistad, cuando los dos protagonistas, relacionándose, contándose sus traumas, son capaces de afrontar sus miedos y recuperar la normalidad, el amor a la vida. La autora, de padre austriaco y madre japonesa es capaz de meterse en la mentalidad nipona, y a la vez, hacerla entendible a nuestra mentalidad occidental. Cómo allí es esencial ser "funcional", y la enorme presión que sufren las personas un poco más sensibles. Y a la vez, también es extrapolable a nuestra sociedad y la entera naturaleza humana. Una joya. Un 10.
"En el banco de un parque se encuentran dos perfectos desconocidos: el joven Hiro, un hikikomori, veinteañero japonés que ha vivido recluido en su habitación los últimos años, y un hombre mucho mayor, un salaryman, un oficinista como tantos otros. ¿Qué hacen allí, fuera de sus habituales refugios? Día tras día van contándose sus vidas el uno al otro. Ambos son marginados que no soportan la presión de la sociedad, y al experimentar de nuevo el afecto y que tras la tristeza puede esconderse la risa, retoman fuerzas para la despedida definitiva y emprender un nuevo comienzo."
Original novela, profunda y bellísima. Es una historia de redención a través de la amistad, cuando los dos protagonistas, relacionándose, contándose sus traumas, son capaces de afrontar sus miedos y recuperar la normalidad, el amor a la vida. La autora, de padre austriaco y madre japonesa es capaz de meterse en la mentalidad nipona, y a la vez, hacerla entendible a nuestra mentalidad occidental. Cómo allí es esencial ser "funcional", y la enorme presión que sufren las personas un poco más sensibles. Y a la vez, también es extrapolable a nuestra sociedad y la entera naturaleza humana. Una joya. Un 10.
"En el banco de un parque se encuentran dos perfectos desconocidos: el joven Hiro, un hikikomori, veinteañero japonés que ha vivido recluido en su habitación los últimos años, y un hombre mucho mayor, un salaryman, un oficinista como tantos otros. ¿Qué hacen allí, fuera de sus habituales refugios? Día tras día van contándose sus vidas el uno al otro. Ambos son marginados que no soportan la presión de la sociedad, y al experimentar de nuevo el afecto y que tras la tristeza puede esconderse la risa, retoman fuerzas para la despedida definitiva y emprender un nuevo comienzo."